sábado, 28 de mayo de 2011

Contramovimiento 15-M

El movimiento que ha sabido resucitar a una generación muerta y aunar a gentes de diferentes índoles, como no podía ser de otra manera, también ha encontrado sus detractores que, lejos de no querer ser partícipes del Movimiento, también lo critican, incluso con argumentos de más que dudosa veracidad.
Una gran parte de ese contra movimiento se halla en la derecha política y mediática. Así, Federico Jiménez Losantos no dudaba en afirmar que los asistentes a las concentraciones “son una mezcla de etarras, franciscanos y mendigos”, mientras que su compañero César Vidal desvelaba la primicia de que “mantienen contacto regular con ETA y han recibido entrenamiento de Segi en cursos de guerrilla urbana”. Si bien estas declaraciones son bastante duras, del mismo modo son irrisorias y, más que dejar en mal lugar a los acampados, retratan el hacer periodístico de estos dos señores. Otros medios han sido un poco más comedidos, como es el caso de La Razón, que simplemente han tildado el fenómeno de Democracia Real Ya como un “boicot a la democracia”.
Existen otros medios de derechas, como pudiera ser el caso de La Vanguardia en Cataluña, que, actuando con un mínimo de raciocinio, elogiaron la actitud del Ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por no disolver las concentraciones. Cosa bien distinta se pedía desde la derecha, no se sabe si por querer mantener el orden o, más bien, para provocar un lío mayor y tener otra escusa para criticar al gobierno.
Para todos los críticos con el Movimiento 15-M, cabe recordar que algunos de sus principales puntos de actuación son una reforma electoral que traiga una democracia más representativa, una separación real de los poderes públicos o la lucha contra la corrupción. A simple vista, parecen cosas positivas y sobre las que cualquiera podría estar de acuerdo. Pero se hace evidente que a alguien le perjudica o le molesta.

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