lunes, 20 de febrero de 2012

El sindicalista debe ser andrajoso

Los sindicalistas deben tener un sueldo escaso que les ayude poco menos que malvivir y deben vestir harapos. De hecho, es inmoral que un sindicalista lleve corbata. Esta gente tiene que vestir, incluso en Jerez y en agosto, con chaqueta de pana con coderas. Esto es tan cierto como que los judíos deben llevar una estrella en su espalda.
Si se encuentra a algún sindicalista con buen sueldo es un hipócrita y un ladrón. Primero porque no se puede defender a los trabajadores si percibes un buen salario y segundo porque seguro que lo ha robado de las arcas públicas. Esto es así. Irrefutable.
Ante la antipatriótica manifestación contra la reforma laboral del Gobierno promovida por los enemigos de España pero amigos de Zapatero, al diario El Mundo no le quedó otro remedio que denunciar lo que es una afrenta para la sociedad: que uno de esos sindicalistas que sólo se manifiestan contra el PP y que promovía esta marcha reciba 181.000 euros como salario.
Portada de El Mundo del 17 de febrero.
El Mundo siempre ha sido muy cercano al sentir de las clases populares (populares, del Partido Popular) y por eso decidió destacar el viernes en su portada el sueldo de José Ricardo Martínez, el secretario general de UGT en Madrid y también consejero de Bankia, banco según el cual, como consejero, recibe esa cantidad. ¡Maldito! El motivo de debate ya no debe ser la crítica hacia la reforma laboral, debe tornarse hacia este escándalo sindical y su traición a las clases populares (populares, del pueblo).
En aras de la verdad, se debe decir que El Mundo no destacó que Martínez está en el consejo de administración de Bankia porque lo era de Caja Madrid y su consejo lo forman una veintena de consejeros más dos más en representación de los trabajadores que, paradojas de la vida, son elegidos por esos mismos trabajadores. Y éstos, probablemente todos vendidos, traidores, también amigos de Zapatero o vaya usted a saber, eligieron ser representados por los sindicatos mayoritarios: UGT y CCOO y estas organizaciones enviaron a sus responsables sindicales. ¡Traición!
Puede que José Ricardo Martínez no sea entonces un vendido al capital pero sí forma parte del maligno comité trotskista que somete a control a una caja pública. Y lo que es peor, ese salario que recibe, ¡¡lo vuelve a ingresar en el sindicato para que éste haga su labor!! El Mundo obvió decir esto y no debió hacerlo porque ese dinero luego se utiliza para hacer estas huelgas contra el Gobierno de España y contra Esperanza Aguirre. Una vergüenza nacional.
Imagen de portada de La Razón del 20 de febrero.
Pero si esto les parece poco, la gota que colmó el vaso la destapaba el diario La Razón al día siguiente de las manifestaciones, llevando a su portada una instantánea y titular que muestran una realidad grotesca: unos manifestantes, tras la protesta y ataviados con prendas de un sindicato comunista, ¡¡estaban bebiendo una caña!! ¡Vendidos! Los sindicalistas sólo deben beber agua del grifo y no gastarse dos euros en cerveza. Pero, si se fijan un poco más, en la mesa tienen hasta una tapa. ¿¡Queeeeé!? Esto ya raya con el insulto. ¿Pero éstos qué se han creído que son? ¿Personas?
Debido a estas muestras de indudable despilfarro de dinero público, salió a la palestra el Partido Popular, auténticos defensores de España y de los trabajadores, actuando como su poztavoz Soraya Sáenz de Santamaría, quien exigió transparencia a los sindicatos. Y es que éstos malgastadores de lo público deberían tomar ejemplo de este partido o de sus rostros visibles como como Arenas o Cospedal, quienes voluntariamente y desde un primer momento siempre mostraron a las claras cuáles eran sus patrimonios.
Confiemos en que los defensores de la patria retiren definitivamente las subvenciones y el poder a los sindicatos. No hacerlo sería una provocación hacia los trabajadores y podría tener repercusiones de gravedad máxima, como ver a un sindicalista jugando al golf o al paddle.

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